2030, el futuro de la educación según mis ojos

 


¿Cómo será la educación en 2030?

Una pregunta difícil, pero muy interesante. Principalmente porque en ese momento me gustaría estar ahí. Formando parte del equipo docente.

Antes de mirar al futuro, no está de más mirar al pasado, el cual conozco mejor que el presente. Actualmente solo se de la realidad en las aulas por amigos y conocidos, quienes me comparten sus perspectivas como padres o profesores. Comparándolos, me da la sensación de que hoy en día los padres se involucran mucho más que antes en el proceso educativo de sus hijos. Quieren conocer de primera mano todo lo que ocurre en las aulas, y no dudan ni un momento en acudir al centro ante cualquier duda. He oído de casos en los que en menos de una semana ya se había acudido a la dirección provincial de educación. Sin palabras.

Por otro lado, aunque me cuesta creerlo, parece que se mandan muchísimos más deberes que en mis años de instituto. Porque sino me cuesta entender la razón por la que tantos adolescentes necesitan de la ayuda de sus padres para realizar la tarea. A mi nunca se me habría ocurrido pedir ayuda a mis padres más allá de alguna duda puntual. 

Por lo demás, no da la impresión de que haya habido muchos cambios significativos. Entonces, ¿qué podemos esperar que cambie en 10 años?

Como he dicho me gusta ser optimista, especialmente cuando veo que me va a afectar tan directamente. Quiero pensar que hay dos cosas que van a cambiar significativamente y que a partir de ellas. La primera y más importante, la mejora de los programas de formación a los profesores. Lo que les permitirá decir adiós a malos vicios como el abuso de los deberes y el saber adaptarse mejor a cada alumno. Por otro lado la mejora del reconocimiento social, que traerá consigo una mayor motivación del personal docente. A partir de ahí solo queda camino para la mejora. Esperemos que sea así.

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