Desde que comencé el master en profesor de secundaria hay dos afirmaciones que he escuchado innumerables veces. La primera "la educación en España esta fatal" y la segunda "Castilla y León es la Finlandia de España". Tengo un gran cariño a esta región, me encanta aprovechar cada fin de semana recorriéndola, descubriendo preciosos y poco frecuentados rincones en donde poder olvidar las preocupaciones de la semana, por ello, aún sin tener clara la justificación, esa afirmación me llena de orgullo.
En cuanto empezamos a rascar vemos rápido la razón de la comparación con Finlandia. No viene porque sigamos un sistema educativo parecido, tan flexible, adaptado a las necesidades de los alumnos y primando ante todo la formación y el estatus de los docentes en la sociedad; tampoco por lo bonita que se pone en cuanto se viste de blanco como podemos ver el la foto de la laguna verde en Soria; sino por las conclusiones del informe PISA. En cuanto a resultados educativos existen unas grandes diferencias entre las distintas regiones en España, y Castilla y León está entre las que encabezan la lista con los mejores.
No es algo que tengamos fácil. Al contrario que otras comunidades autónomas, tenemos que hacer frente a un importante sobrecosto debido a nuestra gran extensión unida a una importante dispersión de la población. La cual con la despoblación del medio rural cada día se vuelve más critica. Pese a ello, no nos desanimamos y damos lo mejor de nosotros, estando Castilla y León entre las regiones con más alumnos en sistema bilingüe y apostando fuertemente en una educación que vaya de la mano de las nuevas tecnologías.
De todos modos, aunque sea cierto que nos esforzamos por hacer las cosas bien, según las conclusiones a las que llego el doctor Jaime Foces Gil, ese no es el secreto de nuestros buenos resultados. La razón de que no estemos en el lugar que nos correspondería por nuestro nivel socioeconómico es cultural. La cultura del 'hijo, estudia, que esto te va a permitir promocionarte'. Y es que según cuenta el mismo Foces, la demanda de alfabetizarse vino del propio pueblo, llegando en casos incluso a cortar carreteras para exigir un colegio o instituto. Cuesta creer que un lugar que valora así el saber, no vaya a tener adolescentes que lo "peten" en PISA.
Por otro lado, el fracaso escolar, el porcentaje de estudiantes que no llega a titularse resulta bastante elevado. A la vista de los resultados hay hipótesis que indican que resulta más difícil terminar los estudios obligatorios en Castilla y León que en otras comunidades, pero ese es un tema en el que no me siento con ganas de entrar. Hoy cerraré los ojos y me quedaré con lo más positivo.
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